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¿Dónde estabas el dia del 911?

Yo recuerdo bien donde yo estaba. En mi apartamento….durmiendo.

Mi teléfono sonó…era mi amigo Alexis, quien estudiaba en la Florida en aquel tiempo quien me dio la noticia.

Corrí hasta el televisor que estaba sobre una caja de cartón que hace apenas dos semanas trajo mi estufa nueva. Lo prendí y allí estaban…en vivo…lo que quedaba de una de las torres mientras que la otra botaba humo negro sin parar.

No podía creer lo que estaba viendo. ¿En serio esto estaba ocurriendo? Aún a miles de millas de distancia, sentía que podía ver el humo por mi ventana.

De momento calló la segunda torre

Mientras el reportero daba información sobre víctimas y esfuerzos de rescate, la segunda torre comenzó a desplomarse…en vivo…mi quijada le siguió.

Quería llorar, pero mis lágrimas estaban en shock.

Quería gritar “Dios mio” pero me volví mudo.

Solo pude taparme la boca y sentir miedo…tristeza…despesperación…y enojo.

¿A quién se le ocurre ir allá?

Mientras podía ver la gente corriendo despavorida huyendo del área, había gente corriendo a las torres con la misma prisa que los que huían.

Eran bomberos, policías, rescatistas luchando contra el tiempo para salvar vidas. Sin importarle que en cualquier momento las torres podían colapsar. Y así mismo ocurrió. Muchos perdieron la vida…voluntariamente.

Pero…¿a quién se le ocurre? A heroes de verdad. A esos. A aquellos que eran de otros distritos y estaban bien a salvo de la zona de peligro y aún así corrieron porque en medio de la crisis su ciudad los necesitaba.

¿Dónde estaba Dios?

Obviamente…que fácil es ver lo que pasó y reclamarle a Dios por qué esto ocurrió…si es tan bueno…por qué permitió que esto ocurriera.

Esa fue una pregunta que me hice yo mismo…lo confiezo. Lo mejor es que fue contestada y no fue que lo leí…fue que lo viví y pisé la respuesta con mis propios pies.

Cuando visité Nueva York, casi ocho años después pasé frente el “Ground zero”…donde ocurrió el ataque. Cruzando la calle hay una capilla llamada la capilla de St.Paul (San Pablo) del consilio episcopal Trinity Church.

En el momento del ataque y todo el caos…muchos edificios a cientos de cuadras de distancia de las torres fueron destruidos o gravemente dañados.

Sin embargo…esa pequeña iglesia antigua (el edificio público más antiguo que aún está funcionando en NY) a unas pocas YARDAS de distancia, solo sufrió de un vidrio roto.

Esa capilla fue el refugio de cientos de rescatistas y heroes del 911. Allí se dio comida, atención médica, consuelo, hospedaje y hasta esperanza a cientos de personas que vieron muerte día tras día en un esfuerzo por dar vida.

Dios estaba allí

La Biblia dice…”En el mundo tendréis aflicción, pero no teman porque yo he vencido al mundo”.

Estas tragedias son parte de la experiencia de la vida. Fueron causadas por personas que tienen el derecho a tomar decisiones (aunque sean malas). El sufrimiento es parte de la vida…pero lo que ocurrió en la capilla de St.Paul es una imagen de lo que Dios promete.

Dios estaba allí. Estaba en medio del caos…de pie…sólido…fuerte…con los brazos abiertos para socorrer.

Dios estaba allí siendo el refugio de los héroes que se habían dado cita al llamado.

Dios estaba cumpliendo su promesa: Estar presente como columna de esperanza.

Hoy, once años después, la capilla es un centro para rendir tributo y una memoria a una nación que se levanta de la tragedia gracias al esfuerzo de héroes que dijeron presentes y a un Dios que se mantuvo firme en la línea del caos para fortalecer a los que pusieron la vida de otros sobre la suya propia.

Recordemos

¿Recuerdas dónde estabas el día del 911? ¿Qué sentiste? Compártelo en los comentarios para ver como este evento nos impactó a todos.

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