Y comenzamos el año…mezclando una de mis parábolas favoritas con uno de mis directores favoritos….eso sí es creatividad damas y caballeros.
Cuando iba camino al cine a ver Django Unchained me di cuenta que me estaba preparando mentalmente para ver una película de Tarantino. Inclusive, cuando me preguntan si la película estaba buena (lo está)…siempre digo: “Sí. Pero ojo…es de Tarantino”.
¿Qué significa esto? Significa que este señor tiene un estilo muy peculiar que lo identifica donde quiera que esté. Ya la mayoría conoce su trabajo creativo y van preparando su mente a ese estilo cada vez que se disponen a exponerse a una de sus películas.
Y muchos de nosotros, sobre todo en las iglesias, miramos este tipo de persona, cuya creatividad es su carta de presentación, ¿y qué es lo que hacemos (la mayoría de las veces)? ¿Tratamos de hacer lo mismo y crear con nuestro estilo único?
Inventamos una excusa para no hacer lo mismo. Como en la parábola de los talentos que acabamos de ver.
Los excuseros dirán…”Ahh es que ese tipo es secular y en el mundo se pueden hacer esas cosas y tienen dinero para hacer cosas cool. Aquí no hay taller, ni dinero para hacer eso”.
Igualitos al excusero de la parábola que dijo…”A mi solo me diste un talento, a los demás le diste más y por eso no tenían miedo a perder.”
Es más fácil dar una excusa y hacer nada, que descubrir tus capacidades y hacer algo único con ellas. Lo curioso es que Tarantino, comenzó independiente…con un libreto que escribió inspirado en algunas de sus películas favoritas que originalmente iba a ser una peliculita entre amigos y se convirtió en un proyecto que se hizo un fenómeno.
Es hora de crear
Te voy a decir un secreto que no es tan secreto, pero muchos lo olvidan… TU NACISTE PARA CREAR.
Yo me enfoco más en el talento creativo para entretener, pero la verdad es que tu potencial creativo no está encajonado…no tiene límites. Lo que hace falta es que dejes de mojonear, levántate de esa silla metafórica y ponte creativo con tus capacidades para inspirar a las personas y compartas tu fe al que esté falto de esperanza.
Cierto, cierto…quizás no sepas que puedes hacer. Muchos piensan que hay que ser un mega artista para crear, pero la verdad es que la creatividad para impactar al mundo no es para algunos. Todos somos capaces de crear porque venimos de un Dios creador. Lo único que hay que tienes que hacer es descubrir tu creatividad.
Usa las capacidades que ya tienes
Mucha gente desprecia muchas de las habilidades que tienes solo porque no caen dentro del grupito considerado artístico o peor…de “adoración”.
¿Qué sabes hacer que te diferencia?
Yo sé de gente cristiana que son magos (ilusionistas). No es común, sobretodo en un altar, pero ¿Quién dice que eso no se puede usar para hablar de Dios? Y aunque no se use la palabra Dios en ningún momento…si hiciste reír a un niño con un momento sano donde se llevó una lección para su vida….¿Quién dice que eso no adora a Dios?
Eleva tus hobbies a otro nivel
Está chévere que tengas una libreta de dibujos llena de tepe a tepe con personajes originales y algunas secuencias con las que te entretienes en los tiempos de óseo. Pero la verdad es que no fueron hechas para estar secuestradas en una libreta.
Esas canciones que tienes en la libreta vieja que no usaste en la escuela, te llegaron para que la compartas con gente que pasa por situaciones similares.
Muchos tenemos hobbies que solo sirven para nuestro deleite. Y en esos ratitos somos capaces de tanta creatividad que nos llena el pecho de orgullo, pero muere en un estante, en un baúl o en un almacén.
Todo el mundo tiene un hobby para despejar la mente. Pero si te has dedicado a ser un coleccionista de hobbies y los tienes secuestrados sin tener con qué inspirar a los demás…eres el excusero de la parábola.
Sigue a tus héroes…
Cuando yo era pequeño, tomé clases de karate. No porque era fan de la disciplina y lo que comprendía…no no no…lo hice porque me encantaban los Power Rangers y como Chuck Norris siempre tenían control de la situación.
Cuando aprendí a dibujar lo hacía porque me encantaban los dibujos que veía en la televisión, los comics y lo que dibujaban mis amistades.
Tus gustos y tus sensibilidades van a definir a tus héroes. Esos héroes que admiras son un buen indicio del talento que puedes cultivar.
¿Cuantas veces no te has escuchado decir…”(persona X) está brutal…ojalá yo pudiese hacer algo así”? Significa que quizás tengas un potencial talento creativo en tus manos…inténtalo a ver si te gusta.
Si no sabes qué hacer o qué te gusta
Puede que tu caso sea que no sabes qué talento tienes. Eso pasa mucho cuando no te identificas con ninguna expresión de arte. Y como no sabes qué te gusta no sabes en que grupo de trabajo de la iglesia integrarte.
A mi me pasó. Lo que hice fue que me involucré en todo lo que me llamara la atención…aunque no supiera mucho como hacerlo:
– Estuve en corales, aunque nunca fui cantante. Descubrí que no era para mi.
– Una vez me dio con aprender a tocar guitarra y entré a una banda que tenían los jóvenes donde participaban en la adoración una vez al mes. Descubrí que no era lo mio.
– Estuve en grupos de pantomima. Éste me gustó más y fui aprendiendo más técnicas hasta el punto que ha influenciado mi estilo de hacer las cosas y hasta mis manerismos. Si el puertorriqueño usa mucho las manos, yo rayo en lo exagerado.
– Di clases a niños. Y lo hice por muchos años y aún aporto de vez en cuando en las actividades de la niñez en mi iglesia.
– Estuve en teatro y aún lo sigo.
– Hice cientos de ilustraciones y arte gráfica para diferentes cosas.
– Hice videos y cortometrajes
– Hasta he lavado baños y pintado paredes.
Todo lo que me ha venido a las manos para servir lo he hecho, pero dentro de todo ese proceso siempre he evaluado qué me gusta y qué me gustaría seguir desarrollando.
Y no…No siempre el llamado es dentro del templo
Desde que comencé en la universidad yo sabía que lo que hago dentro de las cuatro paredes de la iglesia es un campo de entrenamiento para pulir destrezas y probar técnicas. Estaba claro que todo lo que sabía hacer era para compartirlo más allá de las puertas del templo.
Hoy día trabajo más en la calle, visitando lugares llevando humor e inspirando a otras iglesias, familias, prisiones, empresas y al internet. Un alcance un poco más amplio. Sin embargo no dejo de estar disponible en mi iglesia. Inclusive, cuando quiero probar cosas que no sé si funcionan o no, las pruebo en mi iglesia porque allí me siento más seguro.
Es cierto que no todo el mundo siente esa confianza en su iglesia. Mi recomendación es que se vayan integrando y se den a conocer. Y en el camino vas a conocer cuál es el campo en el que te vas a desenvolver.
Lo importante aquí es…haz algo. No te quedes de brazos cruzados calentando la silla sin compartir lo que Dios te ha dado. Eso es ser egoísta. No importa tu interés…posees una creatividad que debes poner a funcionar.
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