Desde pequeño es el mismo dilema. Toda la atención y admiración se la daban a los demás niños más alborotados nunca se callaban y no se estaban quietos. Mientras que uno, calladito…pasaba desapercibido.
Cuando era chiquito, una vez toda mi familia estaba reunida en el área de la piscina de mi tío. Mi tío cerraba el área cuando no se estaba usando para impedir que mis primos (que eran menores) entraran solos a la piscina. Pues efectivamente, toda mi familia salió del área de la piscina…peleando con los niños que no querían salirse de la piscina, y al salir cerraron el área como siempre. Excepto por un pequeño detallito…YO TODAVÍA ESTABA ADENTRO DEL AREA DE LA PISCINA y me dejaron encerrado allí solo!!! Para faltar tuve que gritar a todo pulmón para que alguien baje a abrirme.
Ya estaba comenzando a crear mi estrategia para salir en caso de que no me abrieran a tiempo. Gracias a Dios no hizo falta.
Entonces uno crece y dividen a las personas en dos equipos…introvertidos y extrovertidos
Aquí el dilema se pone peor. ¿Por qué?
Porque, primero, tienes una marca..introvertido…que quieren usar para colocarte en tu lugar en la jerarquía social. Eso significa que en el salón de clase el más cool es el más habla y el más atrevido. En las fiestas, el alma de la fiesta es el más que saca a todo el mundo a bailar y el más payaso.
¿Y el introvertido?
Bien gracias. En una esquina, meneando su vaso con soda.
Y entonces todo el mundo termina pensando que los extrovertidos son los que serán grandes empresarios o gente de “éxito”…¿Y el introvertido? Contable…como mucho.
¿Pero será esto cierto? ¿En realidad el emprendedor introvertido tiene todas las de perder?
Primero…espero que no. Porque yo no quiero regresar a un cubículo de 8-5..en mi vida.
Segundo…yo no creo que Dios te permita tener las ideas que tienes si no te da las herramientas para hacerlas realidad.
Ser introvertido es un rasgo de la personalidad, pero en algún momento lo convertimos en nuestra más grande debilidad. Pero yo creo que se puede ser un emprendedor introvertido exitoso…si sabemos usar nuestra personalidad para nuestro beneficio.
1. Efócate en forjar relaciones
Yo creo que uno de las armas más poderosas de un emprendedor son las relaciones. Ojo que no dije contactos. Dije…relaciones. Y yo creo que si hay alguien que sabe valorar una relación son los introvertidos. Nosotros tendemos a ser más personales y como no somos de tener muchos amigos…los que tenemos los celebramos y los cuidamos.
2. La perseverancia es tu fuerte
Recordando el suceso de piscina que mencioné al principio, aprendí que la perseverancia es una de nuestras armas más fuertes. Cuando me quedé allí solo y vi que tardaban en abrirme, yo mismo me dije…”Mismo…si tu no buscas cómo salir de aquí…nadie te va a sacar”. Y desde ese entonces, siempre pienso lo mismo…”No puedes depender que otro haga algo por ti…tienes que perseverar y ser creativo”.
3. Escucha
La verdad es que los introvertidos no siempre son los más parlanchines, lo que hace que prefieran escuchar. Y créeme…a la gente les gusta ser escuchados. De hecho…¿Tú sabes dónde es un ventaja saber escuchar más que hablar? Cuando uno trabaja con clientes…sobretodo…cuando uno trabaja con ventas.
4. Enseña
Muchos introvertidos les gusta enseñar. No sé por qué, pero por alguna razón las tarimas nos hacen sentir en control. Pero el enseñar te da un buen poder como creativo…te ayuda a aumentar tu credibilidad y te posiciona como un profesional. Lo interesante es que cuando enseñamos nos hace sentir útiles y que estamos ayudando a los demás de una forma que no todo el mundo (ni siquiera los extrovertidos) pueden hacerlo.
Así que no te preocupes si eres un emprendedor extrovertido. Tienes muy buenas herramientas para alcanzar el éxito.
PREGUNTA:
¿Te consideras alguien introvertido o extrovertido? ¿Qué cualidades has visto en tu personalidad que te han ayudado en la vida?