Como consultor no siempre trabajo desde mi casa. De hecho, uno de mis clientes tiene un escritorio para mí porque cuando trabajo con ellos, el 90% del tiempo lo hago desde su oficina.
Como esa oficina es de una compañía de dueños estadounidenses, pues siempre tenemos gringos entrando y saliendo de la oficina. Y sí…estoy hablando inglés casi todo el día.
Ah otro detalle…la oficina es en San Juan…frente al Hilton…porque tú sabes…los gringos y la playa. Y cuando esa gente viene a la oficina, trabajan fuerte pero siempre sacan un rato para ir a meterse al agua y regresar con el traje de baños mojado a trabajar.
Uno de ellos es de esta gente que es brillante, pero excéntrica. Al gente les dice raros…yo les digo excéntrica…porque todos somos raros para alguien mas. Por aquello de proteger su identidad y mi contrato…vamos a llamarlo BOB.
Cuando estaba trabajando en un proyecto, Bob llega de la playa en su traje de baños que por lo menos era business appropiate y me dice: “Oye mira a ver si nos mencionaron en el website de Forbes Magazine”.
Paréntesis…Forbes Magazines es una revista bien respetada de negocios.
Cuando verifico rápidamente, más para salir de su olor a salitre que por obedecerlo, veo que sí…en un artículo mencionaban a mi cliente.
“Verifica cuantos hits (visitas) a nuestro site hemos tenido” – me dice Bob…mientras algunas gotitas caen desde su pelo sobre el mouse de mi computadora.
Verifico…2,000 hits…ese día solamente. DIACHE!!
“Wow, tú conoces a alguien en Forbes?” -le pregunto a Bob.
“Nadie en particular, sólo me comuniqué y les ofrecí un artículo.”
Eso me dejó frío…sobretodo en un país donde si no tienes contactos en algún sitio…es bien difícil ir a algún lado.
“¿Bob, cómo le hiciste para conseguir ese artículo así de la nada?” -Pregunté, pero no fue hasta que levanté la mirada de la pantalla que me di cuenta que Bob se estaba quitando el traje de baño y estaba en ropa interior. No era la primera vez…es algo natural para él. Para mí lo es…pero solo cuando hago teatro en una oficina. Todavía me choca un poco.
Mientras ponía su traje de baños a secar al lado del printer, Bob, aún en ropa interior, me contesta la pregunta con el consejo más realista sobre cómo alcanzar el éxito que jamás he escuchado.
“Si tu quieres tener éxito en…bueno…en lo que hagas en la vida…tienes que ofrecer valor a los demás. Si no sabes comunicar qué gana la otra persona, es poco probable que consigas lo que quieras.”
Me quedé anonadado…pero a la vez más tranquilo porque Bob se estaba poniendo pantalones de nuevo y se sentó en su escritorio y comenzó a trabajar.
El consejo más realista sobre como alcanzar el éxito es tan sencillo, pero difícil a la vez.
Mira que tremendo que no se trata de mantras basuras como: “Visualiza el éxito y corre tras él” ó “Tu éxito se creó para ti…solo abre tus brazos y recíbelo”
BAH…que desperdicio de espacio en mi disco duro mental. Osea, que bueno…sí, corre tras el éxito…pero eso nada más no funciona.
La vida no es sólo pensamientos fresitas y mantras con escarcha cuyo efecto se acaba tan pronto sales del salón o te tiras un peo…la que pase primero.
La vida y el éxito es un intercambio constante con otras personas. Todos tenemos algo que otros quieren y todos tienen algo que nosotros queremos. La mecánica del éxito consiste en que se produzca un intercambio satisfactorio entre ambas partes…es todo.
Pero para que haya un intercambio satisfactorio, se necesita algo valioso que intercambiar.
Por ejemplo, tú quieres que alguien te dé su dinero, pero ¿Qué tienes tú de valor que intercambiar?
Bob quería acceso a la audiencia de la revista Forbes. ¿Qué tenía de valor? Un artículo de calidad que hace quedar bien a la revista ante su audiencia.
En medio de tu creatividad y tu lluvia de ideas…piensa cómo eso se puede traducir en valor para tus clientes y tus colaboradores y vas comenzar a tener éxito en tu trabajo creativo.