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Estoy trabajando un libro nuevo para un cliente.

Honestamente yo encuentro que lo mío es trabajar con websites porque me gusta la idea de la capacidad de una página web para ayudar a crecer una empresa o negocio.  Aparte de que se me hace más fácil medir el valor que ofrezco.

También me gusta ofrecer charlas humorísticas y motivacionales porque sé que puedo hacer la diferencia con lo que comparto.

Por eso yo mejor ofrezco coaching, consultoría y charlas….y no mercadeo mucho mis diseños de libros.

Por otro lado, me gusta hacer libros porque la experiencia es otra cosa y todavía la gente no lo ha minimizado como han hecho con las páginas web, que simplemente se conforman con un template del montón porque creen que es otro gasto que hay que hacer para estar en negocio…y no lo ven como una inversión.  El libro es más personal y cuando inviertes en hacer un libro…inviertes en dar a luz a tus ideas.

El libro que estoy trabajando ahora es un libro de cuentos para niños, dónde el personaje principal es una oruga que se crió con lombrices y se siente diferente. Es el patito feo, versión agrónoma.

Ahora…dicho esto…hay 6 lecciones y técnicas que he aprendido con este proyecto que me gustaría compartir contigo y sé que te ayudarán en tus proyectos y a enfocarte mejor cuando emprendas tus propias ideas y servicios:

1. Enfócate en un nicho:

Un nicho es cuando nos especializamos en alguna audiencia, técnica, herramienta o estilo. Especializarse es bien poderoso porque nos convierte en expertos/especialistas en una necesidad en específico y eso te hace una autoridad en tu campo, lo cual permite también cobrar mejor.

En el caso de los libros, yo decidí especializarme en libros ilustrados para niños y lectores jóvenes (piensa libros tipo Whimpy Kid). Me gusta mucho trabajar ese tipo de libros y se me hace más fácil posicionarme como consultor porque implica un conocimiento adicional el integrar ilustraciones que impulsen la historia (y a eso súmale lo técnico para que imprima bien).

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2. Aprovecha los trabajos de clientes para obligarte a aprender técnicas nuevas.

Uno siempre quiere aprender algo nuevo, pero muchas veces se nos hace difícil sacar el rato para practicar y aprender cosas nuevas porque estamos ocupados. Rétate de vez en cuando a hacer algo diferente para tu cliente para aprender técnicas nuevas. Aceptémoslo, si hacemos lo mismo para cada cliente, nos aburrimos.

Para este libro, yo decidí pintar los personajes a mano con acuarela. Ha sido un reto y me ha tomado tiempo, pero…ha sido tan satisfactorio el hacer algo nuevo y retarme de esa manera.

3. Dedica tiempo a las primeras etapas del proyecto a descifrar y explicar bien lo que vas a hacer y entregar en un scope bastante detallado.

Yo sé que hay mucho ánimo para comenzar un proyecto. Sé que el factor económico influye en querer comenzar ¡YA! Pero hazte un favor y establece un proceso de trabajo que te ayude a evitar dolores de cabeza a largo plazo.

El objetivo es que tú y tu cliente tengan claras las expectativas del proyecto. Qué se va a hacer. Qué no se va a hacer. Las responsabilidades de cada cual. Los términos para comenzar. El tiempo que se va a tomar. Cuanto y cómo se van a hacer los pagos.

Tener las expectativas claras y acordar bien cómo se va a trabajar ayuda a mantener un orden y evitar malos ratos desde el principio.

De hecho, yo recomiendo que tengas un método para filtrar clientes. Digo…¿Tú no aceptas trabajos de todo el mundo…verdad?

De hecho…

4. Documenta por escrito.

Tenlo todo por escrito. Escribe los acuerdos. Puede ser en forma de contrato, un scope del proyecto o la misma propuesta. Lo importante es que todo lo que se diga, quede en evidencia.

Yo creo que eso debe ser característico de los emprendedores creativos…documentar todo lo que es importante para que tu negocio corra cómodamente.  Desde los procesos, crear templates y mantener documentado lo que se acuerde.

Un ejemplo, yo tengo un log de llamadas por cada cliente. Una vez termino una llamada telefónica, la registro con fecha y lo que se acordó en la llamada. Yo registro las llamadas por proyecto de cada cliente.

5. Compórtate más como un consultor que como un genio de la lámpara de Aladino.

Muchos creativos tienen la mala costumbre de preguntarle al cliente Qué quiere (Ok) y cómo lo quiere (not Ok) y terminan convirtiéndose en un “Mouse” a control remoto que controla Photoshop o lo que sea.

Mira…tú no eres SIRI.

Tú no eres el genio de la lámpara que cumple deseos ciegamente.

Tú eres un profesional.  Eres parte del clan de emprendedores creativos (suena trompeta épica).  Compórtate como tal.

Con las páginas web…ya yo no pregunto que páginas desean tener en su website. Yo les sugiero las páginas que desean tener a base de lo que quisieran comunicar. Y el proceso se convierte en uno colaborativo.

En este libro…yo no pregunté…”¿Qué imágenes quieres que haga?” ¿En serio? ¿Por qué? ¿Quién es el que se supone que sepa contar una historia visualmente? YO! Mi trabajo no es dibujar. Mi trabajo es ayudar a mi cliente a tomar su cuento y convertirlo en una experiencia visualmente atractiva que atraiga a los lectores una y otra vez.

Sí, es cierto que siempre pregunto si hay alguna imagen que siempre han visualizado en su mente porque quiero conocer su visión y ayudarlos a hacer realidad su idea.

Luego leemos el cuento juntos y lo dividimos por las imágenes que podemos crear para hacer más fuerte la historia. Luego creo unos sketches junto con mi cliente y juntos vamos dándole forma a la visión. El resto es dibujar y pintar a base de las decisiones que tomamos.

6. Explica tus decisiones y por qué son importantes para el proyecto.

Como eres profesional, significa que cada decisión creativa que tomas tiene una razón de ser.

Es como cuando Dios creó nuestros cuerpos…cada parte de nuestro cuerpo fue creada con un propósito:

– Las pestañas fueron hechas para proteger nuestros ojos.

– Las uñas para defendernos y poder meter las llaves en los llaveros de argolla.

– El dedito pequeño del pie fue diseñado para encontrar las patas de los muebles mientras caminamos descalzos y a oscuras por la casa.

De la misma forma tus decisiones creativas tienen un propósito. No esperes que tus clientes entiendan siempre lo genio que eres. Explica tus decisiones a base de los resultados que quieres lograr para tu cliente. Porque muchas veces, el cliente se fija en si le gusta o no como se ve algo. Nosotros diseñamos, no solo para que se vea bien, sino para que cumpla con unos requisitos que beneficia al cliente.

PREGUNTA QUE TE HAGO!!

Comenta y dime qué lección reconoces que tienes que aplicar.  O si haz aplicado alguna de estas lecciones…¿Qué resultados has tenido?